En febrero de 2008, ante el diagnostico presunto de Agustín, renunciaba a mi empleo, en un prestigioso Laboratorio multinacional.Tenia muchas oportunidades de crecimiento allí, pero cuando vi el diagnostico presunto escrito en una orden para un estudio, no pude continuar trabajando. Renuncie a mi empleo de un día para otro y nunca me arrepentí de haberlo hecho. Gracias a Dios, pude estar en casa 

desde ese día para acompañar en presencia y amor a mi hijo. 

Al principio no fue fácil. No sabia como llegar a el. Honestamente, me hubiera gustado haber conocido el Programa Son-Rise en ese entonces. Pienso que muchas cosas hubieran sido distintas, pero no lo digo como una queja, sino como un consejo para otros padres que reciben el diagnostico de Autismo. Ustedes tienen hoy, la gran bendición de poder elegir los programas mas amorosos y efectivos para sus hijos. 

Doy gracias a Dios, que siempre estuvo a mi lado. Cuando me dieron el diagnostico de Agustín, tuve días donde parecía perder mis fuerzas, muchos días, mi corazón se quebraba en llanto, pero en esos momentos, Dios me dio las fuerzas necesarias para levantarme e incluso poder ayudar a otras familias en este camino. Es genial perder tus fuerzas, porque cuando eso sucede, Dios provee y eso ayuda tu fe. Poder tener una relación con Dios es algo maravilloso e inexplicable. Es cuestión de fe. Es algo personal, entre vos y El. Poder dirigirte a El en oración, contarle tus alegrías, tus tristezas, tus miedos, tus sueños... Todos los padres que recibimos un diagnostico, necesitamos vivir caminando en fe. Es una hermosa decisión la del camino de amor, de esperanza, y Dios puede darnos eso y mucho mas.

Cuantas cosas vas a aprender a partir del diagnostico? No lo se. Yo aprendí. Cambié. Deje algunos sueños de lado, pero otros nuevos llegaron. Nunca dejes de lado tus sueños. Ellos son el cable a tierra que ayuda tu inspiración.

Deja de lado todo aquello que no te ayuda a crecer. No te enganches de un tren que no te lleva a ningún lado. La gente es gente. Todos nos equivocamos. La vida a veces es un camino de espinas. Pero cuando pases algunos dolores te darás cuenta de cuanto has aprendido y veras que ha valido la pena el viaje. No se trata de llegar, sino de disfrutar el viaje.

Hay tesoros en tu vida. Vale la pena encontrarlos. Tu hijo es el mayor. 

Foto de Febrero de 2008.