miércoles, 27 de febrero de 2013

Escuela. Tristezas y Alegrías de una Madre.

Ayer mi día empezó raro. Pregunté a Bore, cuando llegó para jugar con Agustín,  si no era un día raro. Ella respondió que era un  día  hermoso. Celebré su visión sobre el día. El reloj seguía avanzando y mi día se tornaba triste. Mi fe, parecía apagada. Fue como si  una gran aspiradora de alegría, hubiera aspirado la mía.

Luego empece a realizar diálogos de poder conmigo misma. 
Me di cuenta que había permitido que mis pensamientos viajaran demasiado lejos. Al pasado, al futuro. A la luz de la velocidad, en el carril de las preguntas y en un vagón que parecía descarrilarse sin locomotora   que lo guiara a alguna estación segura y alegre.

Preguntándome por qué me sentía así,  me di cuenta que ayer, en Buenos Aires,  era el inicio del ciclo lectivo del año 2013. Pude ver  hermosas fotografías de los chicos empezando las clases. Me llenó el corazón ver caras tan felices iniciando una nueva aventura, pero (ya se dieron cuenta que aquí es donde entra el "pero"), mi cabeza empezó a rodar en un sin fin de preguntas, hasta que de pronto, como contaba en mi muro de facebook, me di cuenta que no estaba presente. Pensaba en el pasado y futuro, pero no en el hoy.  Así que decidí dejar de lado todos esos pensamientos. Me encantaría que Agus estuviera listo para ir a la escuela, lo quiero, si, pero NO LO NECESITO.   Ante un estimulo(en este caso el inicio de clases), yo contaba con una creencia inconsciente(ya les conté en infinitas entradas como tuve que trabajar el desapego hacia la escolaridad, ya que era  una necesidad mía como madre, pero no de mi hijo). Así  mediante los diálogos, pude cambiar mi respuesta ante ese estimulo. Cargué todas las respuestas que no logre encontrar nunca(NO LAS NECESITO), en ese vagón loco, junto a los sentimientos de tristeza y dejé que simplemente, se fueran. Desapego.
Acepté y acepto que no es malo sentir momentos de tristeza de vez en cuando, ya que  son parte de nuestra humanidad y así como aceptamos a nuestros hijos, con todo lo que son, también debemos aceptarnos a nosotros mismos, con nuestras fortalezas y debilidades. 

A la noche, haciendo un repaso del día antes de dormir, di gracias a Dios por Agustín, por mi familia, y porque a pesar de  que ayer no fue su primer día de clases, fue la primer reunión de equipo del año. No preparé su guardapolvos, pero preparé  un lugar exclusivo para su  ropa dentro del  playroom.  No preparé solo sus útiles,  sino los que todos los amigos del play vamos a compartir en este año! Y así me di cuenta;  Hay comienzos y comienzos. Todos son importantes. A veces, no podemos elegir algunos comienzos  pero si podemos abrazarlos, sentirlos, disfrutarlos, amarlos. Podemos elegir pintar esos comienzos con  toda nuestra alegría, energía, amor, entusiasmo, paciencia, esperanza y fe, todos los frutos del espíritu pintando un arco iris   en el comienzo que nos pertenece y aceptar ese comienzo con todo nuestro corazón, sabiendo que el techo es el cielo, y el cielo, no es mas que un lienzo pintado por Dios para alegrar nuestros días.
Estoy colgando un sol sobre este nuevo comienzo, para que sea perfecto. Y si no es perfecto, lo amaré igual y pondré toda mi pasión para este nuevo año de playroom.

Agustín tiene autismo. Quien dijo que Agustín no va a la escuela? El  asiste a la mejor escuela del mundo, diseñada especialmente para el, donde aprende jugando cada día, rodeado de amor, unión y aceptación. Y nosotros, sus amigos del playroom Son-Rise,  los que tenemos la bendición de compartir y jugar con el, también asistimos a la escuela, donde el mejor maestro del mundo,  se llama Agustín, un pequeño guerrero que aunque no vista guardapolvo blanco a diario,  nos enseña  cada día, que todo es posible, y que  todo, absolutamente todo, puede lograrse con un sentimiento, llamado amor.

Parte del Equipo del Año 2013

Siento inmensa gratitud de ser la  mamá de Agustín, y me siento bendecida de tenerlo en mi vida.Lo amo y acepto así como es, porque no podría ser mas perfecto para mi.

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