Celebrando...me!

La fe mueve montañas, pero hay que saber ejercitarla. A veces, cuando pedimos fe vienen pruebas, y es cuando logramos pasarlas que nuestra fe se aumenta. La vida diaria es un gran aprendizaje. Pronto se cumpliran cuatro años desde el día que me dieron el diagnostico de Agustín. Muchas cosas han cambiado desde ese día, pero lo mas significativo fue el aprendizaje que vivi por esta causa.
Aprendí muchas cosas; me hice experta en paciencia, aceptacion y biología.
Aprendí que la fe se ejercita y que ese aprendizaje no tiene fin.
Aprendí a ser mas agradecida con Dios y con las personas y ser mas comprensiva conmigo misma, y respecto a eso es que aprendí a amarme, aceptarme y por primera vez en mi vida, estar orgullosa de mi misma; no con orgullo vanal, sino que puedo mirar hacia atràs y estar conforme de todo el camino que recorrí, todo lo que inicie, las horas que dedique no solo a la causa de mi hijo sino a la de muchos pequeños, el dinero que gasté, la gente que ayudé, las noches que no dormí respondiendo mensajes, todas mis charlas con el silencio y las dudas que nadie despejó.
Aprendí que a veces es mejor que las personas se alejen, sobre todo cuando no son de construccion para tu vida y que eso no debe afectarte,porque termina siendo una bendición.
Aprendí que el camino a la felicidad no existe porque la felicidad es el camino
Aprendí a no juzgar a las personas cuando fui grave e injustamente juzgada.
Dios quiso que aprendiera mas en estos cuatro años que en treinta. Aquí estoy; de pie por el amor y la misericordia de Dios. De pié porque soy una mujer y madre guerrera, y se que todo lo que recorrí valió la pena para ser quien soy hoy; lo bueno, lo malo, lo amargo, lo dulce, lo que logré y lo que no, todo es parte del aprendizaje de la vida. Puedo volar, soñar, sentir, amar, Vivir, pero sobre todas las cosas...Puedo ser mamá de Agustín, que es el regalo mas maravilloso de Dios.

Hoy me celebro a mi misma por todo lo que hice y aprendí en estos casi cuatro años de diagnostico. Bien por mi!!!