LAS CUERDAS INVISIBLES DEL AMOR

Hoy fue el primer día de este año, en que te deje en la escuela y volví a casa. Hasta ahora, en los días en que el calendario sacudió sus hojas pasadas cual árbol seco, siempre me quedé por ahí; dando vueltas. Vigilando. Alerta. Solo por si acaso sucediera algo. Hoy algo me hizo clic y comprendí que debo darte más alas. Es que te veo crecer cada día y es maravilloso estar a tu lado compartiendo, porque te amo profundamente, porque río con cada risa tuya, porque me divierto cuando te divertís y me entristezco cuando vos estas triste. Compartimos cada día muchas horas juntos y me encanta que así sea, pero aprendí a respetar tus actividades y obligaciones. Me encantaría pasar las 24 horas del día a tu lado, pero no es posible. Como te digo siempre, hay obligaciones que cumplir, y todos tus tratamientos son prueba de ello.

Me gusta poder enseñarte, y amo que aprendas, pero Dios puso en nuestro camino, un equipo de trabajo genial, que me da seguridad y tranquilidad. Que me comprenden y enseñan a mi también. En este tiempo aprendí desde tirarme al piso a jugar con vos, hasta trabajar algunos programas de terapia conductual, y me enseñan y aprendo cada días mas, porque amo aprender, amo saber como llegar a vos, como enseñarte, como ayudarte a crecer. Hoy lloré cuando te vi ir al baño solo. Desde hace un par de días que estas empezando a ir solo y eso es un logro de aquellos. Ya no tengo que perseguirte a cada rato para que hagas pis. Estas creciendo mi flaquito. Estas cada día mas lindo y honestamente tengo ganas de abrazarte todo el tiempo y no soltarte, pero se que debo hacerlo por tu bien. Estas con muchos logros en este tiempo. Y estoy orgullosa de vos, te lo digo a cada rato. Quizás algún día leas esta carta y tengo esperanza que así será. Quiero que sepas que no es fácil darte alas, no porque no las merezcas, sino porque fue duro pasar tiempo sin tu mirada, y ahora que la recuperé (con la ayuda de Dios, de Pao, y de la intervención biológica y todos los tratamientos) no quiero que se vaya mas nunca, pero tengo que entender que si yo tengo miedo, te transmito miedo a vos y no quiero eso para vos. Quiero que seas un nene feliz, es todo lo que deseo, porque se que el resto lo vas a ir haciendo a tu tiempo, y yo estaré siempre cerca para cuando me necesites. Es genial que quieras quedarte conmigo, amo cuando decís “mamaaaa” y haces pucherito y me abrazas fuerte para que no te suelte. Quedate tranquilo que nunca voy a soltarte, podré dejarte un rato, pero siempre nos unirán las cuerdas invisibles del amor, y esas cuerdas mi vida, son las mas fuertes del universo porque las creo Papá Dios; no hay fuerza humana ni espiritual que las pueda cortar. Estamos unidos para siempre. Agradezco a Dios cada día por tu presencia en mi vida. Sin duda tu amor es único, porque vos sos único. Al final es como dice la Biblia, y ojalá siempre, en cada carta pueda terminar con estas hermosas y verdaderas palabras, salidas del corazón de Papá Dios: “Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, pero el mayor de ellos, es el amor.”

Tengo que soltarte, mas es solo por un momento. No temas, las cuerdas invisibles del amor nos unen para siempre... Y ya llega la hora de ir a buscarte.